Podría ser, entonces, que la saeta de un remoto centauro, aquel que hiere de lejos, se hubiera clavado como una estaca en el corazón sanguinario del vampiro. Amanecería, entonces, la risa de los niños en la playa de las palabras y las cosas; y la marea azul del curvo cuerpo de la tierra celeste arrastraría, hacia atrás silente del océano, las huellas salvajes de la civilización del Hombre en la época histórica de la guerra total; aquella época desmesurada y monstruosa en que el Hombre quiso ser el único Dios. Que el mar escuche, con alegría el rezo, de todos los que rezan por la muerte del hombre y el retorno de lo divino, en todas las lenguas
Quizá sea esta la plegaria del siglo XXI
Teresa Oñate, El retorno griego de lo divino en la postmodernidad.
Pablo Arcas Díaz
Manuel Daza Ramos
José Luis Fernández Moreno
Profesores de Filosofía